Hacia el final de su primer año como docente de fotografía en la Universidad de Ohio, escribió una serie de notas sobre procedimientos fotográficos, que luego fueron mimeografiadas para sus estudiantes. Estas notas surgieron de la necesidad de corregir mitos y malentendidos comunes entre los estudiantes de fotografía, ya que los profesores a menudo olvidaban transmitir información esencial de un año a otro. Decidió organizar sus ideas cuando se dio cuenta de que los estudiantes no recordaban lo enseñado y buscaba una manera clara y sistemática de proporcionar ese conocimiento. Más adelante, esta idea se concretó en un manual titulado "Un manual para la fotografía básica". Aunque el texto pretendía centrarse en la fotografía básica, pronto se dio cuenta de que su objetivo era más amplio, abordando el resurgimiento de procesos fotográficos del siglo XIX y la necesidad de reinterpretarlos en términos contemporáneos. El manual tenía como propósito ser un recurso práctico que evitara duplicar los abundantes textos teóricos de la época, priorizando la utilidad sobre la teoría detallada. También subrayaba la importancia de la fluidez técnica para el fotógrafo, comparándolo con el músico o el pintor, que perfeccionan continuamente sus habilidades a través de la práctica constante.