El breve extracto anterior muestra la amplitud con la que David Curtis aborda el tema del cine experimental en su libro para Studio Vista. Su visión histórica del cine experimental, rigurosamente investigada, fue significativa por ser una de las primeras que se publicaron en Gran Bretaña, mostrando hasta qué punto el cine de vanguardia se consideraba ahora un tema digno de estudio, con una historia distinta de la del cine convencional. David Curtis, figura destacada del cine experimental londinense, había desempeñado un papel decisivo en la introducción de las películas del cine experimental estadounidense entre el público británico. Como cofundador, junto a Jim Haynes, del Arts Lab de Drury Lane y, más tarde, de Robert Street, organizó numerosas proyecciones de cine experimental, mezclando la obra de pioneros como Hans Richter, Oscar Fishinger y Dziga Vertov con películas de Kenneth Anger, Jack Smith y Andy Warhol y, más tarde, mostrando el trabajo de cineastas cooperativos británicos como Malcolm Le Grice. Esto se refleja en el Cine Experimental, que rastrea las raíces de sus contemporáneos en las de una vanguardia más antigua. Empezando por los «impresionistas» Franciases y los cineastas dadaístas y surrealistas, Curtis también presta atención a las animaciones experimentales de Len Lye y Berthold Bartosch y contextualiza las historias individuales de los cineastas con las condiciones sociales y económicas que les rodean . El libro se centra principalmente en el cine de vanguardia estadounidense, lo que sugiere que los cineastas europeos y británicos aún no habían dejado huella, sobre todo porque una cronología posterior de Curtis muestra que comenzó a investigar su libro con visitas a América en 1969, unos dos años antes de la publicación de Experimental Cinema. Sin embargo, el capítulo final del libro sobre el cine estructural comienza a trazar nuevas direcciones e incluye menciones a precedentes de un cine estructural europeo distinto, como Birgit y Willem Hein y Kurt Kren.