William Henry Fox Talbot, el inventor inglés de la fotografía, creó alrededor de 15.000 fotografías en el siglo XIX, la mayoría de ellas intentos de producir documentos científicos convincentes o registros pictóricos del mundo que le rodeaba. Sin embargo, entre las que han sobrevivido también hay copias en las que una imagen ha quedado oscurecida, borrada o simplemente no se ha registrado. Tomando prestado su intrigante título de un poema escrito por Talbot, este libro recoge veinticuatro de estas impresiones, sus fotografías más experimentales. Originalmente concebidas como impresiones de prueba o ejercicios creativos, todo lo que queda en estos trozos de papel fotográfico con forma son manchas químicas o patrones o formas impresas. Ofrecidas al lector como enigmáticos artefactos físicos, estas fotografías fallidas o arruinadas se reaniman aquí como objetos de belleza, misterio y promesa, como obras de arte que hablan de los atributos y potenciales más fundamentales de la fotografía. Un ensayo complementario ilustrado con imágenes comparativas sitúa estas fotografías en un amplio contexto histórico que llega hasta el presente, revelando qué relevancia tienen los experimentos de Talbot para los conceptos contemporáneos del arte de la fotografía.